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TEISHO: ESPERANDO A NADIE

por William Nyogen Yeo Roshi

Hoy quiero visitar a nuestro viejo maestro, Engo, el recopilador de las Crónicas del Acantilado Azul. Estoy viendo las Cartas Zen traducidas por Cleary, y este capítulo en particular señala una cuestión importante: “El Tiempo no Espera a Nadie”. ¿Comprenden? Aquellos de ustedes que se están sentando la última semana de este Ango de Verano, dense cuenta de que quizás nunca más tendrán la oportunidad de sentarse en otro Sesshin. Y si no lo cuidan en esta última semana, quizás ya nunca lo podrán cuidar. Qué rápido pasa nuestra propia vida frente nosotros, y qué rápido puede terminar.

 

Este viejo maestro Engo dice, “Todos aquellos cuyas mentes se encuentran condicionadas están tan lejos de la realidad verdadera como lo está el cielo de la tierra”. ¿Qué es esta mente condicionada? Es tu mente egocéntrica, la mente con la que funcionas “normalmente”. Es esa cosa que funciona entre tus oídos. Engo dice, “ En este momento, si no puedes cruzar la barrera, es obviamente porque tu mente tiene muchos apegos importantes. Si puedes apartarlos y alcanzar el ámbito donde no existe la mente condicionada, cesarán todos los engaños y hábitos emocionales, y quedarán disueltas todas las obstrucciones creadas por el conocimiento condicionado, los puntos de vista arbitrarios y el entendimiento intelectual”. ¿Qué más se puede decir? Que tanto más sencilla puede ser nuestra práctica?

 

El Zazén, nuestra vía hacía ese “ámbito donde no existe la mente condicionada”, no es una penitencia, ni una competencia para ver qué tanto sufrimiento y dolor puedes soportar. Es simplemente una entrada, como lo dijo Dogen, para el reposo y éxtasis. Debes sentarte en profunda complacencia. El Zazén ha de transformar tu vida en algo significativo y valioso. Dogen dijo: “Retozarás para siempre en un samadhi de éxtasis”,  y el gran místico Meister Eckart dijo, “Debes experimentar tu vida como algo bello y dichoso”. ¿Qué otra cosa dice Meister Eckart que debemos saber? “Conviértete en un recipiente vacío. Vacíate por completo.” Esto significa: mantente quieto, vacío y alerta.

Dogen dice que no alimentes tus propias nociones –cualesquiera que estas sean. No son más que tus conceptos acerca de cómo es esto. ¿Y acaso han funcionado alguna vez?  Acaso el aferrarse a ellas ha provocado una metamorfosis maravillosa en tu vida? Sólo cuida el momento presente de manera continua. Vamos, todos los maestros dicen que no tengas el mínimo pensamiento condicionado. Así de sencillo es. ¿Pero realmente crees o tienes fe en lo evidente? Seguimos aferrados a esos conceptos favoritos que sólo nos llevan al sufrimiento.

 

Engo dice más adelante, “Una vez libre de su condicionamiento, la mente ordinaria es la Vía”. ¿Qué es la mente ordinaria? Sin formular un solo pensamiento, pon atención. Y de esto es de lo que te ocupas. Sólo te ocupas de este ahora. Esto es la Mente de Buda. En el momento mismo en que trato de verlo, pongo un muro entre mí y la realidad. Y, sin embargo, no se te puede escapar. ¡Simplemente mira! Ahora, haz lo que se necesita hacer, no lo que tú crees que se necesita hacer. Ten confianza en esta Mente de Buda; siempre sabes lo que tienes que atender.

Es absurdo cómo vivimos nuestra existencia cotidiana, buscando satisfacer nuestras tontas nociones. Y existen personas que enseñan justamente esto. ¡Qué ridículo! ¿Qué hemos producido? Una ciudad donde la gente tiene miedo de caminar en la noche, donde pones barrotes en las ventanas de tu casa como si vivieras en una cárcel, y donde continuamente contaminamos el aire y envenenamos el agua. ¿Qué tipo de demencia es ésta? Nuestro camino es dar ese paso atrás, voltear la luz hacia adentro, y entrar en el ámbito de la sanidad. 

 

Engo dice que la mente ordinaria es la Vía. ¿Dónde está la mente ordinaria, aquí mismo, ahora mismo? Nos dice: “Produces un pensamiento que busca ser ‘ordinario’, y ya te alejaste y se te escapó”. En otras palabras, vives en el engaño. “Este es el punto más sutil y difícil de abordar. Incluso personas inmensamente grandes se tropiezan y titubean cuando llegan a este punto – cuánto más aquellos que aún están en una etapa de aprendizaje". No trates de entenderlo. No trates de producir algo. Tu naturaleza de buda está plenamente desarrollada y funcionando admirablemente aquí y ahora mismo. Sólo libérate de la mente condicionada. Después de todo, ¿de qué sirve? Solamente nos mantiene en la esfera del sufrimiento. Y el tiempo pasa tan repentinamente. No tenemos tiempo que perder. ¿Dónde se fue todo? Tan repentinamente. ¡El tiempo no espera a nadie! No te puedes dar el lujo de jugar en torno a la mente engañosa. ¿Planeas seguir así el resto de tu vida? En ese caso, estás jugando en un mundo de fantasía que finalmente se convierte en cenizas.

“Debes luchar con todas tus fuerzas para llegar hasta aquí e interrumpir los hábitos de la mente condicionada. Sé como una persona que ha muerto la gran muerte: cuando tu respiración se interrumpe, entonces vuelves a la vida. Sólo entonces te das cuenta de que es tan abierta como un espacio vacío. Sólo entonces alcanzas el punto donde tus pies caminan sobre el terreno de la realidad”. ¡No hay limitaciones! Es infinito en sus posibilidades! Sólo tú eriges las obstrucciones. “Cuando experimentas una realización profunda de esta cuestión, todo se aclara y tu fe se hace completa. Estás libre y tranquilo, limpio a través del no-sabiendo algo, no entendiendo algo”. Pero no malinterpretes este “no-sabiendo” con ignorancia y caos. Ese es nuestro denominado estado de existencia “normal” en el ámbito neurótico del pensamiento egocéntrico. Este “no sabiendo” del que habla Engo es un estado de  samadhi absoluto.

 

¡El estado de estar completamente en donde estás, en este momento, presta atención! Mantente quieto! Ponte alerta! Y si te sientas aquí completamente presente no puedes “saber” en el sentido del conocimiento aprendido u adquirido, porque en el momento en el que tratas de hacer eso, te retiras del momento presente. ¡Sólo puedes ser! ¿Qué es lo que dice este maestro chino de este lugar del no-sabiendo? Dice que no-sabiendo significa saber todo perfectamente. Y ese es el estado de estar absoluto. ¡Ahora! Sin que la mente condicionada nos saque de allí en ningún un momento.

¿Vale la pena esta pequeña lucha para empezar a disciplinar la mente? Absolutamente. ¿Dónde has oído a alguien que haya emprendido esta travesía decir que no valió la pena? Nos han gritado. Dicen ¡apúrate, apúrate! Gate! Gate! Paragate! Parasamgate! Dicen: “¡Cruza! Cruza! Ven a este estado maravilloso que es tu verdadero estado –no tienes nada que cultivar”. No practicamos para cultivar la iluminación. La iluminación esta aquí ahora, funcionando perfectamente. Practicamos porque estamos neuróticos. Practicamos para deshacernos de esta mente condicionada, neurótica, que nos impide ver las cosas como son.

 

El viejo Buda Engo dice además: “Cualquier cosa te toca, te mueves libremente sin más impedimentos, y sin ser arrastrado a ningún lado. Cuando quieres actuar, actúas y cuando te quieres ir, te vas. Ya no hay ganancia ni pérdida, abarcas todo de pies a cabeza, todo de una vez”. ¿Te das cuenta? Has entrado al interior o actualizado el mundo de la Unidad. Algunos de ustedes no creen. Y en la medida que no tienen la fe o el compromiso, siempre mantendrán una distancia.

¿Acaso es esto difícil de lograr? Sólo es difícil si lo haces difícil, si caes de nuevo en tus ideas condicionadas de cuán difícil es. Entonces ¿qué te lo impide? Si no te importa verdaderamente tu preciada vida ahora, entonces cuando? El tiempo no espera a nadie. Ni a ti.

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